Son diversos los colectivos (médicos, pediatras, estudiantes, sindicatos…) que reclaman a las administraciones la necesidad de introducir cambios en la atención primaria, tanto a nivel organizativo como a nivel funcional, con el objetivo de mejorar la situación actual. La falta de personal, las listas de espera o los cierres de centros de atención primaria han puesto en relieve su grave estado. El Foro de Atención Primaria, conformado por las ocho grandes entidades de este nivel asistencial, ha alertado de que si no se adoptan medidas que frenen la precariedad y la saturación de trabajo, con el déficit de 4.720 médicos y 1.304 pediatras que tiene, podría desaparecer en 2030.
De hecho, según la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (Aepap) hay cerca de 600.000 niños sin médico de referencia. En España hay al menos 595 vacantes de pediatría que no están cubiertas por ningún médico -ya sea pediatra o de otra especialidad.
Algunas de las medidas que piden para reforzar la pediatría de atención primaria es mejorar los contratos y la creación de una figura en la Administración que actúe como coordinador de esta especialidad para que los contratos de refuerzo se dirijan a los centros de salud y no tanto a los hospitales.
Asimismo, otras propuestas para potenciar la atención primaria pasan por aumentar los recursos humanos; promover la Salud Pública así como reforzar los mecanismos de coordinación y de implementación de políticas estatales.
¿Qué ocurriría si no tuviéramos atención primaria?
La situación de precariedad de este nivel asistencial hace que muchos profesionales se planteen qué ocurriría si no tuviéramos atención primaria. La campaña #DefendamosLaPrimaria tiene como objetivo concienciar a la ciudadanía de la importancia de este primer nivel asistencial y de lo que pasaría si desapareciera.
En primer lugar, se perdería esa puerta de entrada a la Sanidad pública, una medicina cercana, que nos trata, nos conoce y nos da afecto. En segundo lugar, sin AP faltaría una visión global del paciente. Tampoco se podría atender adecuadamente a los enfermos crónicos y se produciría un aumento de la mortalidad por cáncer por no haber detectado a tiempo las señales de esta dolencia.
Por otro lado, sin atención primaria los hospitales se colapsarían y las listas de espera se dispararían. En consecuencia, son muchos los colectivos de profesionales y de ciudadanos que piden poner solución a la situación actual para recuperar este eslabón principal de la sanidad pública.
Digitalizar la atención primaria
Por su parte, el ministerio de Sanidad de Carolina Darias ha informado que potenciará la implementación de herramientas digitales para facilitar la atención sanitaria en centros sanitarios inteligentes. De esta manera, se pretende facilitar el trabajo de los profesionales así como mejorar la accesibilidad para los pacientes.
De igual forma, Sanidad quiere implementar herramientas digitales para el apoyo a los cuidados de personas con enfermedades crónicas y con altas necesidades, a través de dispositivos de auto monitorización, sistemas de seguimiento en el domicilio y en la hospitalización remota.
Por último, se busca que la transformación digital mejore el servicio prestado en AP e impulse la transparencia.
En definitiva, el buen funcionamiento de la atención primaria es fundamental para recuperar la normalidad en las consultas externas, las pruebas diagnósticas y las intervenciones quirúrgicas. Para ello es necesario que exista una buena coordinación entre servicios asistenciales (AP y hospitales), servicios de Salud Pública, trabajo social y atención a la dependencia, con el objetivo de ofrecer a los ciudadanos una atención de salud integral.