La pandemia ha acelerado la incorporación de las consultas virtuales para poder atender a los pacientes pero, lejos de desaparecer tras la crisis sanitaria, la telemedicina ha venido para quedarse en nuestro sistema de salud. Entre sus cualidades está que aligera las listas de espera y evita desplazamientos innecesarios. Los expertos piden dotar de más recursos para infraestructuras y formación de los profesionales en competencias digitales, y en esta línea la Comunidad de Madrid ha optado por convertirla en una práctica clínica constante.
De esta manera, la presidenta de la región, Isabel Díaz Ayuso, presentó en enero el sistema de la videoconsulta a través de la Tarjeta Sanitaria Virtual. Se trata de un sistema que ya ha arrancado en los hospitales públicos de El Escorial y del Henares, en Coslada, y estará disponible en toda la red antes de que finalice este año 2022.
Un gran avance en la atención del paciente
Esta nueva funcionalidad pionera en España va a permitir las videoconsultas entre el personal sanitario (médicos, enfermeros, matronas, psiquiatras…) y los pacientes tanto en Atención Primaria como en hospitalaria. El uso de estos nuevos canales de comunicación es un paso cualitativo en la atención del paciente, que recibe el cuidado que merece sin necesidad de desplazarse a ningún centro sanitario, ahorrando posibles colas.
En palabras de Díaz Ayuso se trata de “un hito asistencial que se traducirá, este mismo año, en más accesibilidad, mejor atención, menos desplazamientos y una relación médico-paciente más cercana”. Asimismo, para que este nuevo método funcione adecuadamente es imprescindible que los profesionales reciban la formación adecuada en el uso de esta nueva herramienta.
Por el momento, la videoconsulta se está utilizando en los servicios de Dermatología, Endocrinología, Medicina Interna y Psiquiatría del Hospital El Escorial y en el Hospital del Henares, donde se activará en Endocrinología, Medicina Interna, Neumología, Nefrología y Dermatología.
A lo largo de 2022 se irá implementando en los diferentes centros de salud de la Comunidad de Madrid. Pasado un tiempo será necesario hacer balance de cómo funciona la telemedicina en estas especialidades, la sensación del paciente y si la agilidad de esta nueva forma de comunicación se refleja en el descenso de las listas de espera.
Cómo funciona la videoconsulta
Para poder acceder a la videoconsulta, el único requisito es instalar la aplicación de la Tarjeta Sanitaria Virtual. En dicha aplicación de citas de la tarjeta, aparecerán las ventanas de Cita Presencial, Telefónica, ya existentes, y la nueva ventana de Videoconsulta.
El paciente recibirá una notificación de la cita en su móvil que debe confirmar. Poco antes, recibirá también un recordatorio de la convocatoria, que le permitirá mantener la videoconsulta de forma sencilla, segura y sin necesidad de otra aplicación.
La ciberseguridad, esencial para consolidar la telemedicina
La telemedicina se muestra como una magnífica herramienta; los médicos destacan entre sus ventajas el alcance inmediato, la menor transmisión de enfermedades o la posibilidad de ayudar a más personas en un plazo menor, algo que ayuda a descongestionar las listas de espera.
Pero también conlleva la aparición de nuevos riesgos, debido a la confidencialidad y sensibilidad de la información que se recoge y maneja en estos casos. Los expertos de Kaspersky recomiendan a las instituciones sanitarias proporcionar formación sobre seguridad a los empleados que tienen acceso a la información personal de los pacientes, así como el uso correcto de las contraseñas, la seguridad del correo electrónico, la mensajería privada y la navegación segura por Internet.
Conjunto de inversiones para este ejercicio
La Consejería de Sanidad ya anunció que uno de los objetivos de este 2022 era la implantación de la telemedicina y sistemas de monitorización domiciliaria, medidas que, entre otras bondades, pueden ayudar a descongestionar las listas de espera.
En esta línea, la Comunidad ha contemplado una partida de más de 65 millones de euros para mejorar los tiempos de espera tanto en pruebas, como en consultas externas o intervenciones.